Hola León
ESEC
Padre, el próximo sábado 24 de septiembre se cumplen 56 años de tu sí a Dios, de tu entrega a Dios. El Día de nuestra Señora de la Merced.
Mira como tu sí, ha hecho una gran diferencia no solo en tu vida sino en las vidas de todos los que te hemos conocido, en especial de tus hijos espirituales.
Le pido al buen Dios que te dé muchos años de buena vida y salud y que te permita ser fiel hasta el último instante de tu vida.
Has construido un gran muro de ladrillos y le pido al buen Dios que puedas pegar ladrillos hasta el final. Tenemos todavía muchas cosas por aprender de ti.
De tu fidelidad, de tu entrega y de tu oración en gran parte depende la nuestra. Tú eres como ese Moisés con los brazos levantados para que el pueblo de Dios salga victorioso. Nosotros tus hijos estamos llamados a ayudarte a mantener levantados los brazos.
Como estamos de celebración esperamos y vivimos de fiesta en fiesta, pues ¡que venga la torta!
Te hago hoy la pregunta que tú nos haces a nosotros: ¿Eres feliz? Te hago otra pregunta: ¿En qué ha cambiado el León de hoy en comparación con el León de hace 56 años?
DTB,
Carlos David
Carlos, hijo, me preguntas qué si soy feliz? Soy completamente feliz, le doy gracias a Dios. Le digo al Señor, con la canción de los Panchos: "No me preguntes nunca la historia de mi vida/ mi vida comenzó cuando llegaste Tú." Si no fuera feliz no tendría capacidad de llevar a otros a que sean felices.
Si no fuera feliz sería un fracasado y no valdría la pena Civitas.
Civitas es la Ciudad de la alegría, la Ciudad de la gente feliz, para los que se toman en serio nuestra Fórmula divina: OA3 y comunicación con nuestro Director.
Segundo me preguntas en qué he cambiado en estos 56 años. Yo te diría, que en mi forma de ser no he cambiado en nada: "Genio y figura hasta la sepultura." -dice el dicho de la sabiduría popular. Y agrega: "La gente se santifica, pero no cambia."
En el Opus Dei dije por molestar, delante de un español racista, que no me quería mucho: "Nosotros los que tenemos sangre india... El español, me dijo: "Si alguien tiene pura sangre, sangre española eres tú." Tener sangre española significa ser hijos del trueno. La verdad es que sí soy hijo del trueno.
El cambio de pasar del estado de tibieza y de pecado al estado de gracias de Dios, indica la diferencia. El cambio, al descubrir que no soy hijo de Juan el hachero, sino hijo de mi Padre Dios, radica la diferencia.
Cuento con tus oraciones para que corone la última meta de llegada.
El Señor me despierta con frecuencia a las 3 de la maña, hora de su muerte en la Cruz, y medito las Siete palabras que pronunció en la Cruz, y le pido que yo pueda decirle a mi Padre Dios: "Todo está concluido" que significa: La tarea que me pusiste en esta tierra de Enseñar a otros a Escuchar la Voz de Dios la he concluido."
Reza por mí para que sea fiel hasta el final. El demonio sabe que tengo un gran tesoro y me lo quiere arrebatar.
Dios te bendiga, León