MI DESPEDIDA Leo J Mart
Mañana me operan de cinco cánceres; hace cuatro años me operaron de dos más; cualquier cosa puede pasar y entonces me despido de ti.
Cuenta Baden Powell, mi primer jefe en virtudes, fundador de los Scouts, que en el juego de Peter Pan, el general se despedía de cada uno de los soldados cada vez que entraba a la batalla, porque no sabía si de ella saldría con vida.
Nunca sabe uno lo que puede pasar; nunca sabe uno lo que habrá de suceder. No se sabe la estrategia de Dios para la guerra de la vida.
Sé que posiblemente mañana entraré con vida a una operación quirúrgica (me puedo morir antes) pero no sé si de ella saldré con vida. Posiblemente sí, para el bien mío, porque seguiré haciendo penitencia, y también para el bien tuyo, porque seguiré cuidando de ti con mis oraciones y consejos; y si no salgo con vida, y entonces, por la misericordia de Dios, espero seguir siendo feliz eternamente.
Pero no dejaré sola a mi Civitas, la Ciudad que el Señor me encargó restaurar sobre la tierra. Desde la eternidad seguiré cuidando mucho más de cada uno de los miembros de Civitas que han aceptado la llamada del Señor para seguirle.
Te cuento que desde que acepté seguir a Dios a los 22 años de mi vida, contra lo voluntad de mis padres y de toda mi familia, a pesar de mis miserias y flaquezas, he sido muy feliz.
He comprobado que Dios no te llama para quitarte nada sino para darte todo. Mi Padre Dios me da gusto en mis gustos y me lleva todos mis caprichos, como hace una madre alcahueta con su pequeño hijo. Mi Padre Dios conmigo ha sido demasiado alcahueta, me adivina mis gustos y madruga a satisfacerlos. Esto hace nuestro Padre Dios con cada hijo suyo que acepta su llamada.
Soy un hijo privilegiado de mi Padre Dios y eso quiere Dios hacer contigo, y con todos los que le siguen.
He Escuchado la Voz de Dios y he tratado de hacer lo que Él me dice. Me he tirado sin paracaídas desde una gran altura, porque me lo ha pedido, y me ha recibido con sus manos poderosas para llevarme a un mejor lugar.
He recibido dos llamadas de parte de Dios. La primera a dejarlo todo y a entregarme a Él. La segunda, a los 30 años de seguirlo, recibí otra llamada a dejar todo lo que ya había construido en estos años, a comenzar de cero, y a fundar CivitasOrationis-CiudadOración. Su objetivo, enseñar a los hombres de la tierra a Escuchar la Voz de Dios y hacer lo que Él les diga.
Ya son muchos en Civitas los que han aprendido a Escuchar la Voz de Dios y pueden enseñarte a ti. Sigue sus indicaciones.
Mi último consejo, se fiel a la llamada del Señor. Escucha la Voz de Dios que te habla a cada instante, haz lo que Él te diga, enseña a otros a Escucharla, y serás feliz aquí y Allá por siempre, siempre, siempre.
Vale la pena dejarlo todo para ganarlo todo.
Dios te bendiga, León Martínez
