Te comparto mi oración trabajando las Epístolas de Pablo, León.
LOS HIJOS DE LA LUZ, Leo J. Mart.
- Jesús, Hijo de Dios vivo, si quiero ser humilde tengo que aprender a obedecer.
- Por tanto, hijos Míos queridísimos, así como siempre habéis obedecido, ahora os digo: trabajar por vuestra salvación con temor y temblor
(Cfr. Flp 2, 12)
- Jesús, Hijo de Dios vivo, hay que trabajar por nuestra salvación, como lo hace un obrero con su gran patrón: con temor para no hacer las cosas mal, y con temblor para no perder el puesto.
- Trabaja, hijo, con temor santo de no causarle un enojo a Mi Padre Dios, y con temblor santo de no ser borrado de la lista de los elegidos.
- Jesús, Hijo de Dios vivo, por mí mismo no tengo capacidad sino de hacer el mal…
- Tranquilo, hijo, porque Mi Padre Dios es quien obra en vosotros el querer hacer las cosas y el hacerlas según su santa voluntad (Cfr Flp 2, 13)
- Jesús, Hijo de Dios vivo, ¿cómo tengo yo que obrar?
- Hacedlo todo sin murmuraciones, sin quejas interiores, sin lamentaciones ni reclamos
(Cfr. Flp 2, 14)
- Jesús, Hijo de Dios vivo, debemos obedecer con alegría?
Si actuáis así, llegaréis a ser irreprochables y sencillos, hijos de Mi Padre Dios, sin tacha en medio de una generación depravada y perversa (Cfr Flp 2, 15)
- Jesús, Hijo de Dios vivo, lo que veo es que Tú quieres fabricarte una Ciudad pura en medio de un mundo podrido.
- Brillaréis en medio de la generación perversa, como luceros en el mundo al poner en alto la Palabra de la Vida (Cfr Flp 2, 16)
- Jesús, Hijo de Dios vivo, ¿cuál es la característica de la generación perversa?
- Los que pertenecen a la generación perversa buscan sus propios intereses; no los Míos los de Cristo (Cfr. Flp 2,21)
- Jesús, Hijo de Dios vivo, ¿Cuáles son los intereses tuyos?
- ¡La salvación eterna de las almas!
- Jesús, Hijo de Dios vivo, ¿cómo se logra la salvación eterna de las almas?
- ¡Apostolado, hijo! ¡Apostolado! Atraer los hombres a Mí seguimiento, a Mi entrega y a la vivencia de Mi doctrina.
- Jesús, Hijo de Dios vivo, ¿cómo debemos tratar a los enviados tuyos que enseñan tu doctrina y nos ayudan a ser hijos de la luz?
- Acogedlos en el Señor con alegría y tratadles con el honor debido a las personas como ellos, puesto que por la obra Mía, de Cristo, les toca enfrentarse con frecuencia a las puertas de la muerte (Cfr. Flp 2, 30)
Excelente escrito de nuestro director que complementa lo que me dice El Señor directamente trabajando las instrucciones de este día.