Te envío a continuación la transcripción del mensaje que la Virgencita nos dio a los miembros de Civitas en el monte de las apariciones en Medjugorje, fue una noche muy especial en la que algunos decidimos subir a rezar y darle gracias y pedir que nos hablara por medio de nuestras Realidades divinas que son más reales de la cuenta.
Att: Carlos Arcila
Invocación de Nora Pamplona :
Espíritu Santo ven, Espíritu Santo ven, Espíritu Santo ven. Espíritu Santo permite que Tu esposa La Siempre Virgen María hable a través de mi, si es Tu Santa voluntad para dar un mensaje de paz, de la Reina de la Paz a mis hermanos, para que nuestras almas queden llenas del Amor de Dios. Madrecita te presto mi voz y mi boca, te presto mi ser, para que seas Tú la que hable, para que seas Tú Madre mía, la que te hagas presente en medio de nosotros. Sabemos que estás presente Madre aquí en tu casa, en tu tierra, si Tú quieres madrecita háblanos, si Tú quieres madrecita danos un mensaje, si Tú quieres Madrecita consuela cada corazón
Mensaje de María:
Hijitos Míos, estoy acá presente en medio de ustedes, inundándolos de la paz, de la paz de Mi casa, de la casa de La Madre que los abraza y los recibe con inmensa alegría mis niños amados, que alegría tenerlos acá. Los esperé desde hace mucho tiempo, anhelaba tenerlos acá, anhelaba abrazarlos, anhelaba consentir y consolar sus corazones para que Mi amadísimo Hijo los llenara de Su fuerza, de Su gracia, de Su amor para que pudieran ratificar el camino que ya han emprendido.
Hijos Míos, quiero que sepan que los amo profundamente, que Dios Padre los pensó desde toda una eternidad, los creó y los ha llamado, por medio de Su Hijo, de Mi Hijo Jesucristo.
Hijos Míos, depende de ustedes atender a Mi llamado, corresponder cada día, acudiendo a la gracia Santificante para tener el correspondencia del amor. Porque amor con amor se paga y Nuestro amadísimo Jesucristo pide amor. El amor que derramó para todos en la Cruz, pide que sea devuelto con el mismo sacrificio, con una donación perpetúa.
Hijos Míos, acá estoy para ustedes, cuentan Conmigo, con Mi ayuda incondicional, mi amor de madre, que está siempre pendiente de sus hijos pequeñitos, vigilando para que no caigan. Y si caen correré rápidamente a levantarlos, sólo que estiren su mano y permitan que Yo los levante para que Mi Hijo pueda sanarlos, para que puedan ser sanados de cada herida del camino. Hijos Míos, Mi Santo Rosario, es la escalera al Cielo. Los invito a que lo hagan con profundo amor, en cada pepita del Rosario entreguen su corazón para que así Nuestro Señor pueda devolverles ese corazón lleno de todas las gracias que necesitan para alcanzar la meta anhelada, las bienaventuranzas del Cielo.
Hijos Míos, quiero que sean portadores del mensaje de esperanza, el regalo maravilloso que hoy reciben en sus manos, en Mi tierra, en Mi casa, quiero que muchos lo conozcan, se nutran de él y se sacien, porque ustedes se han saciado de este manantial de vida eterna y muchos agonizan de sed, muchos hoy sufren por no tener amor, por no tener esperanza, por no saber el camino y ustedes hijitos Míos, tienen mucho más de lo que han pedido, van con sus vasijas llenas. No tengan miedo de vaciar las vasijas por completo que Yo las llenaré. Le diré a Mi Hijo cuando se les acabe el vino. No tengan miedo a vaciar sus vasijas por los otros.
Hijitos Míos, quiero que abracen a Mis niños de Civitas y les digan que los amo profundamente, profundamente, que desde el vientre los he amado, los he custodiado y que he cuidado y regado la semillita de la fe en sus corazones.
Hijos Míos, cuiden a Su Director, con la lealtad, la oración y la mortificación de purificación. Porque el tiempo cada vez está más cerca para el encuentro con Mi amadísimo Hijo y quiero que aprovechen este tiempo, con Mi amadísimo hijito León, a quien cargo en Mis brazos y consiento y lo amo en su humanidad y en su ser.
Hijitos Míos recuerden que las tendencias de la carne, las concupiscencias, todo lo que su cuerpo porta lo dominan con la mortificación, con el trabajo duro por alcanzar día a día la lucha ascética que el Señor espera de ustedes.
Hijos Míos, cuando vuelvan a sus casas, no olviden que lo primero es la oración, que es lo que les va a conservar esta gracia que han adquirido del cielo, que es lo que va a hacer que el vino no se agote, que las tinajas estén llenas hijos Míos. No desplacen la oración, por las ocupaciones de este mundo, que este mundo se acabará en un abrir y cerrar de ojos y lo más importante es la oración y convertir el corazón cada día, entregarlo en las manos de Cristo y dejarlo transformar por su amor.
Hijos Míos, Mi Civitas es grande, Mi CiudadOración amada está en Mis manos, está en el corazón de Mi Hijo amado. Siéntanse orgullosos de su camino, de su familia.
Los amo con todo Mi corazón, estoy con cada uno de ustedes. Mis hijos, Mi Hijo los ama profundamente. Y les doy Mi bendición:
"Que el Padre del Cielo los bendiga, cree en ustedes un corazón nuevo. Que el Hijo redima todos sus pecados, sane su corazón. Y que el Espíritu Santo les dé la gracia de ser santos".