Estoy muy contenta porque ya casi nace el Niño Jesús. Me acosté pensando en Él y en sueños yo lo vi.
María estaba feliz mirando al Niño; José miraba al Niño y a María. El Niño abrió los bellos ojitos y me sonrió. María estiró los brazos y me dio a cargar al Niño. Lo cogí entre mis brazos y lo arrullé, no me dio miedo que lo pudiera dejar caer, sentía una gran confianza en Dios.
Estaban como debajo de un árbol lleno de flores; aunque era de noche parecía de día; aunque hacia frio no sentía frio; aunque no había comida no sentía hambre y aunque no había agua no sentía sed. Solamente sentía un inmenso gozo que no puedo describir.
También había allí unos niños campesinos muy humildes en su forma de vestir y de hablar, pero eran reyes hermanos de Jesús e hijos espirituales de María y de José.
Todo aquello estaba rodeado de ángeles del cielo, que cantaban canciones que no se conocen en la tierra.
Nadie hablaba. Todos se comunicaban con la ternura de su mirada; pero nadie le quitaba la mirada al Niño. Cuando yo recibí al Niño en mis brazos, todos se pusieron de rodillas ante mi; pero no era ante mi sino ante el Niño que tenia entre mis manos.
Un ángel me dijo: <cuando tu recibes a Jesús en la hostia santa, también nos postramos de rodillas ante ti para adorar al Niño Dios que tienes dentro, como lo tuvo adentro nueve meses la que es Madre de Dios y Reina de los ángeles del cielo>.
Entonces como ya había pasado un pequeño rato de tener al Niño entre mis brazos, y se me iba haciendo muy pesado, se lo entregué a María, y el Niño se puso en el suelo y se levantó ya grande, como un señor mayor de varios años. La Virgen me dijo: <no te preocupes hijita mía, lo que a ti te parece un pequeño ratito en la cuna de Belén, en el tiempo de la tierra ya han pasado 30 años>
Me mire al espejo y ya no era una niña de 11 años, sino una señora muy mayor de 41 años, casi igual a mi mamita, y desperté.
Me fui a Misa para recibir a Jesús y volver así a recordar mi dulce sueño.
¿Te gustó? ¡Ojalá me lo dijeras para que así me animes a contarte muchas cosas más!.
Chao, VERO.
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